ACERCA DE XIRINGUITO DE PLAYA
El capitán Vradie, tras el ataque portugués al puerto de Libertatia es abatido por una bola de cañon. Pasadas unas horas despierta en medio de un puerto, arrasado por el ataque y saqueado por los indigenas del lugar. Una vez descubre lo sucedido, rescata y recoge todo los víveres y utensilios útiles que sobreviven al saqueo. Tras comer algo, cae exhausto dormido en las playas de Libertatia. Pasadas unas horas es despertado por un espectro que le comunica que ha venido para llevarlo a la Eternidad. El Capitán se niega a obedecer, una y otra vez. Tras verse incapaz de llevar a cabo su encargo, el espectro decide sincerarse con el Capitán de los infortunios que reinan en su vida y su pésimo estado laboral. Es entonces cuando al Capitán Vradie se lo ocurre la idea de ofrecerle un trato. Junto a un barril de ron, el espectro llamado Caro, acepta la oferta de desviar almas errantes a esas playas, a pasar sus últimos días mortales, antes de llevarlos definitivamente a la Eternidad.
El Capitán Vradie le cuenta su intención de montar un Xiringuito de playa en aquellas playas y así a la vez de él poder evitar marcharse de su Libertatia del alma, Caro podría hacer un buen negocio. Caro acepta el trato y Capitán Vradie consigue obtener su sueño: No abandonar Libertatia i...
ABCXiringuito de PlayaIBA
Desde Whasasingtong: Ni song
Hacia ya mucho que no volvia a revisar las notas que recogí de el Cauderno de Bitácola de "El Inmortal" que guardo en mi estudio, ahora reubicado en el espacio que me deja libre la cocina del Xiringuito, una vez instalados: Nevera, microondas, fogones, licuadora, lavavajillas, fregadera, tostadora, exprimidor, mesa auxiliar, supletorio telefonico, la television pequeña, los platos por fregar, las comederas para gatos y perros y la comida del loro. Así que buscando donde dejaron el ultimo trozo de tortilla de ayer noche, encontré algo que escribí hace ya tiempo, entre las pintas de cerveza a medias y un par de parroquianos borrachos que se tendian en la barra de mi Xiringuito de Playa. Que tiempos aquellos en los que mi artrosis todavía me permitía viajar por el mundo, surcando el mar...
Entre mis muchos viajes por este inmundo mundial, llevo unos días deambulando por territorios del Sacro Imperio del Pollo frito, el pan de goma, los viones computerizados y los bellos seriales del: “Tor mundo es güeno y aunque vivas en la miseria, eres lo mas mejó que parió madre”. Vine con la intención de coger ideas pa montar una franquicia de “Fast-Chiringuitos de Playa” por que me dijeron que estos tipos son los reyes de las franquicias y estas cosas, pero tras unos pocos de días, estoy empezando a descubrir que estos pobrecitos Yanquis a los que tanto criticamos, necesitan de mi ayuda durante una temporada...
Pobre Sacro Imperio Americano... Que pedazo de tierra más grande y tan mal aprovechá!
Como os lo contaría para que vusotros, pobres mundanos sin oportunidad ninguna de salir del pueblo, me entendierais... Imaginarsus un solar del copón Santo con tanto popurrí de colorines, bailes distintos, jergas raras y colores de piel, como el Port-Aventura, donde para entrar no hace falta pagar pero te cachean, revisan, interrogan y fichan como si fueras un extraterrestre, tras darte el aprobado de su particular control de calidad, te dejan pasar. Cruzas la entrada más feliz que una lombriz y tras dar cuatro pasos por la calle, empiezas a dar cuenta que para sobrevivir en su maravillosa casa de colonias, tienes ocho horas pa dormir, ocho más pa trabajar, siete para mear, limpiarte los dientes, vestirte, peinarte, desayunar, atarte los cordones de los zapatos, cambiarte los zapatos por zapatillas deportivas antes de coger el metro, coger el metro, volver a ponerte los zapatos antes de entrar a trabajar, comer, volver a ponerte las zapatillas antes de coger el metro de vuelta, volver a ponerte los zapatos al salir del metro, reciclarte laboralmente, ver la SuperBowl, pedir aumento de sueldo, ver el partido de la NBA, buscar apartamento nuevo porque al mes siguiente te derrumban el edificio, ver Star-Trek, ir al cine, revisar tus facturas, ponerte el pijama, cenar y echar un kiki. Aunque siempre té queda una hora de tiempo libre que puedes dedicar a cualquier afición personal, siempre y cuando puedas sortear al ex-compañero de estudios que se hizo corredor de seguros, al vendedor de coches de tu barrio, al vecino pesado que te quiere invitar a pescar o a una fiesta barbacoa y a los Gremlinianos cartelitos que, como dotados con patas te persiguen por la calle gritando: USA este dentífrico pa tener la sonrisa mas blanca, USA esta marca de coche vacilona, USA estos condones ecológicos, USA estos calzoncillos que son los mismos que usaba John Wayne o estos palillos que sirven pa jugar al golf también: ÚSALOS! Sino nunca serás un buen USADOR DE USA.
Entendéis ahora a estos pobrecillos usinos, ¿cómo les debe acabar el seso con tanto revoltillo de despropósitos, sino como un cacho de papel de USAR y tirar, lleno mocos? . Que penilla me dan estos usinos sin tino ni sino... Que loco esquizofrenoide vivir, el suyo. Claro que algunos tienen suerte y consiguen que sus papis les pongan Bill de nombre. Llamarse Bill aquí trae suerte, da alcurnia y hasta empaque. Importante es que te pongan Bill y no William, aquí los William no acaban nunca de respetarlos del todo. Mirad sino al bueno de William Shakespeare, tantos años currandoselo para regalarnos con una bella historia de Romeos y Julietas, y uno de estos locos va y se la lee, confunde a Los Capuletos con media docena de Capullosky haciendo el macarrón en el West side , mientras se hacen sietes en la camiseta y el muy cafre le chulea la pasta al Bueno de William... Así que ya sabéis: ¡Aquí pa triunfar hay que llamarse Bill¡. O creéis que alguien iría todavía, a un circo de un tío de vete tu a saber donde si se: Buffalo Vicente?. O que podría haber pasado a la historia un niñato malcarado y engreído que se cepillaba a todo el que le miraba mal, si se hubiera llamado Pepe el niño?. Sin remontarse tanto, ¿Quién hubiera podido descubrir el alquímico secreto de convertir las “Windows” en oro, si sus papas le hubieran bautizado como Toni Gates... Y como no, supuestísimo que sin llamarse Bill , uno nunca podría aspirar seguir siendo “Presidente pasoto-calzonazos del Imperio de las bebidas chispeantes”, siendo un vacilas retro-progre, con la suficiente jeta para convocar una rueda de prensa y decirle, más o menos a su pueblo:“... Súbditos tonto-mentecatos del culo, me dirijo a la nación pa contaros “bein” esto de la Lewinsky, yo solo hice donde hago Diego... Recuerdo que era un día soleado, de ya no me acuerdo cuando. Me encontraba despachurrado en la poltrona del Mundo, a la que tanto sufrimiento me costó llegar y harto de la “esquizofrenética” vida de nuestra bella Casa de Colonias, rebosando pandero en la poltrona y mientras os veía corriendo pa’riba pa’bajo, grite: Ahora que llegué donde quería: ¡Me la vais a chupar todos¡, fue entonces, cuando la siempre servicial de Mónica que andaba por allí, se me acercó preguntándome: -¿Le importaría que fuera yo la primera, Señor Presidente?-...
Entre mis muchos viajes por este inmundo mundial, llevo unos días deambulando por territorios del Sacro Imperio del Pollo frito, el pan de goma, los viones computerizados y los bellos seriales del: “Tor mundo es güeno y aunque vivas en la miseria, eres lo mas mejó que parió madre”. Vine con la intención de coger ideas pa montar una franquicia de “Fast-Chiringuitos de Playa” por que me dijeron que estos tipos son los reyes de las franquicias y estas cosas, pero tras unos pocos de días, estoy empezando a descubrir que estos pobrecitos Yanquis a los que tanto criticamos, necesitan de mi ayuda durante una temporada...
Pobre Sacro Imperio Americano... Que pedazo de tierra más grande y tan mal aprovechá!
Como os lo contaría para que vusotros, pobres mundanos sin oportunidad ninguna de salir del pueblo, me entendierais... Imaginarsus un solar del copón Santo con tanto popurrí de colorines, bailes distintos, jergas raras y colores de piel, como el Port-Aventura, donde para entrar no hace falta pagar pero te cachean, revisan, interrogan y fichan como si fueras un extraterrestre, tras darte el aprobado de su particular control de calidad, te dejan pasar. Cruzas la entrada más feliz que una lombriz y tras dar cuatro pasos por la calle, empiezas a dar cuenta que para sobrevivir en su maravillosa casa de colonias, tienes ocho horas pa dormir, ocho más pa trabajar, siete para mear, limpiarte los dientes, vestirte, peinarte, desayunar, atarte los cordones de los zapatos, cambiarte los zapatos por zapatillas deportivas antes de coger el metro, coger el metro, volver a ponerte los zapatos antes de entrar a trabajar, comer, volver a ponerte las zapatillas antes de coger el metro de vuelta, volver a ponerte los zapatos al salir del metro, reciclarte laboralmente, ver la SuperBowl, pedir aumento de sueldo, ver el partido de la NBA, buscar apartamento nuevo porque al mes siguiente te derrumban el edificio, ver Star-Trek, ir al cine, revisar tus facturas, ponerte el pijama, cenar y echar un kiki. Aunque siempre té queda una hora de tiempo libre que puedes dedicar a cualquier afición personal, siempre y cuando puedas sortear al ex-compañero de estudios que se hizo corredor de seguros, al vendedor de coches de tu barrio, al vecino pesado que te quiere invitar a pescar o a una fiesta barbacoa y a los Gremlinianos cartelitos que, como dotados con patas te persiguen por la calle gritando: USA este dentífrico pa tener la sonrisa mas blanca, USA esta marca de coche vacilona, USA estos condones ecológicos, USA estos calzoncillos que son los mismos que usaba John Wayne o estos palillos que sirven pa jugar al golf también: ÚSALOS! Sino nunca serás un buen USADOR DE USA.
Entendéis ahora a estos pobrecillos usinos, ¿cómo les debe acabar el seso con tanto revoltillo de despropósitos, sino como un cacho de papel de USAR y tirar, lleno mocos? . Que penilla me dan estos usinos sin tino ni sino... Que loco esquizofrenoide vivir, el suyo. Claro que algunos tienen suerte y consiguen que sus papis les pongan Bill de nombre. Llamarse Bill aquí trae suerte, da alcurnia y hasta empaque. Importante es que te pongan Bill y no William, aquí los William no acaban nunca de respetarlos del todo. Mirad sino al bueno de William Shakespeare, tantos años currandoselo para regalarnos con una bella historia de Romeos y Julietas, y uno de estos locos va y se la lee, confunde a Los Capuletos con media docena de Capullosky haciendo el macarrón en el West side , mientras se hacen sietes en la camiseta y el muy cafre le chulea la pasta al Bueno de William... Así que ya sabéis: ¡Aquí pa triunfar hay que llamarse Bill¡. O creéis que alguien iría todavía, a un circo de un tío de vete tu a saber donde si se: Buffalo Vicente?. O que podría haber pasado a la historia un niñato malcarado y engreído que se cepillaba a todo el que le miraba mal, si se hubiera llamado Pepe el niño?. Sin remontarse tanto, ¿Quién hubiera podido descubrir el alquímico secreto de convertir las “Windows” en oro, si sus papas le hubieran bautizado como Toni Gates... Y como no, supuestísimo que sin llamarse Bill , uno nunca podría aspirar seguir siendo “Presidente pasoto-calzonazos del Imperio de las bebidas chispeantes”, siendo un vacilas retro-progre, con la suficiente jeta para convocar una rueda de prensa y decirle, más o menos a su pueblo:“... Súbditos tonto-mentecatos del culo, me dirijo a la nación pa contaros “bein” esto de la Lewinsky, yo solo hice donde hago Diego... Recuerdo que era un día soleado, de ya no me acuerdo cuando. Me encontraba despachurrado en la poltrona del Mundo, a la que tanto sufrimiento me costó llegar y harto de la “esquizofrenética” vida de nuestra bella Casa de Colonias, rebosando pandero en la poltrona y mientras os veía corriendo pa’riba pa’bajo, grite: Ahora que llegué donde quería: ¡Me la vais a chupar todos¡, fue entonces, cuando la siempre servicial de Mónica que andaba por allí, se me acercó preguntándome: -¿Le importaría que fuera yo la primera, Señor Presidente?-...
Billy Vradie - el Capitan Lumbreras de las Tierras costeras
Etiquetas: La Bitácora Capitán
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